domingo, 31 de mayo de 2015

Peregrinación y Vigilia por la beatificación de Mons. Romero

Por Roberto López-Geissmann h.

Con grandes expectativas de adentrarme en las experiencias y sentir de multitud de personas que estaban por dar inicio a la celebración de la beatificación de Mons. Óscar Arnulfo Romero, me encontraba a las 5 de la tarde del viernes 22 del mes presente, aun en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, terminando de preparar mi guía de preguntas para las entrevistas que tenía previsto realizar en estos eventos celebrativos.

Un cielo gris y una brisa húmeda me avisaban que debía darme prisa para unirme a la Peregrinación que en ese momento tenía que estar saliendo desde la Catedral capitalina. Pero las nubes no se mostraron pacientes y apenas me dieron tiempo para caminar menos de dos cuadras y guarecerme en la fachada del Pollo Criollo de la Calle Arce  antes de que derramaran copiosas lágrimas pluviales. ¿De tristeza? ¿De alegría? Cada quien sabrá responder. Lo cierto es que la lluvia prolongada no fue obstáculo para miles de salvadoreños y decenas de extranjeros que se unían para honrar la figura del Arzobispo asesinado hace más de 30 años.